«Los crímenes de Chopin» es un emocionante libro ambientado en la vibrante ciudad de Sevilla, donde una serie de robos misteriosos ha generado alarma entre los habitantes. El ladrón, apodado «Chopin», deja una partitura del famoso compositor en cada escena del crimen, agregando un toque enigmático a los delitos. Sin embargo, la intriga se intensifica cuando se descubre un cuerpo sin vida en una de las propiedades asaltadas.
Nikolai Olejnik, un joven polaco que llegó a España junto a su abuelo, se encuentra solo y sobrevive realizando actos delictivos tras la muerte de su familiar. A pesar de su vida turbulenta, Nikolai posee una pasión por el piano, una habilidad que desarrolló como niño prodigio en su país natal. Cuando se convierte en el principal sospechoso del reciente asesinato, busca la ayuda de la astuta detective privada Celia Mayo. Durante su visita al despacho de la detective, conoce a Triana, la hija de Celia, y ambos experimentan una atracción mutua en medio de la crisis.
Paralelamente, Blanca Sanz, una joven periodista en ascenso, recibe información confidencial sobre los detalles del caso «Chopin», lo que despierta su curiosidad y la lleva a dedicarse por completo a la investigación. Blanca se sumerge en el caso con determinación, decidida a desenmascarar al responsable de los robos.
A través de estos personajes, el libro ofrece una perspectiva amplia de los acontecimientos. Se exploran las narrativas desde la mirada del principal sospechoso y la periodista, que se sumerge personalmente en el caso. Aunque los personajes resultan atractivos, el libro podría haber profundizado más en sus historias personales. La narración se centra en los diálogos y las interacciones entre personajes, evitando descripciones excesivamente detalladas que podrían distraer de la trama principal. El desenlace del libro promete emocionantes desarrollos futuros para estos personajes.