El amor adolescente puede ser complicado, pero elegir entre dos hermanos que has amado toda tu vida lo es aún más. «Siempre nos quedará el verano» de Jenny Han es la culminación emotiva de la trilogía Verano, una novela juvenil romántica que explora las complejidades del amor, la madurez y las decisiones que marcan el paso a la edad adulta.
En el centro de esta historia encontramos a Belly Conklin, una joven de 19 años que se encuentra en una encrucijada romántica. Después de dos años de relación con Jeremiah Fisher, el chico divertido y carismático que parece conocerla mejor que nadie, su vida da un giro inesperado cuando su primer amor, Conrad Fisher, reaparece con sentimientos no resueltos.
Los temas principales que atraviesan la narrativa incluyen el crecimiento personal, las consecuencias de nuestras decisiones y la naturaleza cambiante de las relaciones familiares. Han teje magistralmente estas líneas a través de una narrativa que alterna entre el presente y el pasado, creando una atmósfera veraniega cargada de nostalgia y tensión romántica.
Lo que hace única a esta entrega es cómo maneja el conflicto central: una propuesta de matrimonio prematura que desencadena una serie de eventos que obligarán a Belly a enfrentar sus verdaderos sentimientos. La autora construye la tensión mediante flashbacks estratégicamente colocados que revelan la profundidad de las relaciones entre los personajes.
El desarrollo de los personajes es particularmente notable, especialmente en el caso de Jeremiah, cuya transformación genera controversia entre los lectores. La historia se desarrolla principalmente en el ambiente universitario y en la icónica casa de verano que ha sido testigo de tantos momentos cruciales en la vida de estos personajes.
La pregunta que resuena a lo largo de la novela es tan simple como devastadora: ¿Es posible elegir entre dos personas que has amado de maneras tan diferentes sin destruir los lazos que los han unido durante toda la vida?
¿Puede el primer amor verdaderamente superar la prueba del tiempo, o algunos veranos están destinados a permanecer solo en nuestros recuerdos?