Cosas que nunca dejamos atrás, de Lucy Score, narra las peripecias de Naomi, quien inesperadamente abandona a su prometido en el altar para acudir al rescate de su hermana gemela distanciada. Tras este dramático inicio, Naomi se encuentra despojada de sus recursos por su hermana, y debe cuidar de una sobrina de once años hasta entonces desconocida. Este giro la lleva a Knockemout, un pequeño y tranquilo pueblo donde conoce a Knox, un vecino recluso y taciturno cuya vida solitaria es sacudida por la llegada de Naomi.
Mientras la premisa promete una trama de descubrimientos familiares y amor, la novela ha suscitado opiniones encontradas. Críticos señalan un ritmo lento y una falta de profundidad en los personajes, especialmente en Knox, cuyo comportamiento a veces grosero y poco evolucionado resta simpatía al personaje. No obstante, la obra destaca en su exploración de la importancia de la familia, el amor y el crecimiento personal, elementos que proporcionan un núcleo emocional a la historia. A pesar de las críticas, Cosas que nunca dejamos atrás ofrece una reflexión sobre cómo los inesperados desafíos pueden abrir caminos hacia la redención y la autoaceptación.