En «Nada por lo que pedir perdón», Marcelo Gullo Omodeo desafía la percepción generalizada sobre el legado del Imperio español en América. Argumenta que, antes de 1492, las Américas eran lugares donde imperaban sacrificios humanos, canibalismo, esclavitud, machismo y prostitución. Contra lo que se cree comúnmente, sostiene que Bartolomé de las Casas, famoso defensor de los indígenas, era en realidad un mercenario con el disfraz de sacerdote.
Gullo Omodeo critica a las naciones de Gran Bretaña, Holanda, Estados Unidos, Francia y Alemania por exigir que España pida perdón por la conquista de América, a pesar de que estas naciones, según él, tienen historias manchadas por esclavitud, limpieza étnica y colonialismo brutal. La obra defiende fervientemente la contribución de España a las Américas, postulando que fue un intento sincero de instaurar justicia y valores cristianos en un entorno salvaje.
El autor concluye que España no tiene nada por lo que pedir perdón y que, en cambio, ha sido víctima de un juicio histórico parcializado y de acusaciones infundadas, mientras que las verdaderas atrocidades de otras naciones se han escondido convenientemente de la vista histórica. Es una obra que invita a una reevaluación del papel de España en la historia del Nuevo Mundo y cuestiona las narrativas dominantes.